Donde florecen los sueños
sino en la tierra removida.
Aquella en la que se hunde
el arado y abre una herida.
Donde florecen los sueños
sino en la tierra removida.
Aquella en la que se hunde
el arado y abre una herida.
Belleza de ojos profundos,
de ojos vacíos.
Misterio de hombres,
envidia de dioses.
Que yaces con cada ser
en la calma noche.
Sólo te pido,
cuando vengas a dormir conmigo,
que me digas tu nombre.
La agencia espacial norteamericana NASA, realizó una serie de posters de reclutamiento en estética retro, para anunciar diferentes puestos de trabajo que algún día serán necesarios en Marte. Estos posters fueron realizados en 2009 y exhibidos en el Kennedy Space Center Visitor´s Complex. Algunos de los puestos de trabajo anunciados que pueden apreciarse son: granjeros, maestros y topógrafos.
Les dejo la galería con los posters, también pueden verla en el enlace de la CNN que dejo a continuación.
Fuente:
Updated 0823 GMT (1623 HKT) June 16, 2016
La admiración y la comprensión
son los dos platillos de la balanza del amor.
Los dos son necesarios
para encontrar el equilibrio del amor.
Con la primera fácilmente nos deleitamos
con el ser o lo que amamos.
Podemos embelesarnos hasta quedarnos ciegos,
hasta casi descerebrarnos,
nos sentimos felices por ello.
Hemos encontrado aquello
que siempre hemos buscado,
que completa nuestro corazón
y lograr sellar ese pequeño lugar
por donde parece escaparse la felicidad.
Es por esto que podemos entregar
nuestra voluntad casi sin pensar.
Pero de repente aparece “algo”,
al principio solo parece un pequeño detalle,
comienza a pasar el tiempo
y eso que era solo un punto salido
en un hermoso tejido
se agranda y se agranda
hasta que nos comienza a molestar
y el hermoso tejido del amor
se empezó a desintegrar.
Allí debe surgir la otra parte del amor,
que lo completa y lo hace perfecto:
la comprensión.
Cuando superamos la admiración
a aquello que parecía perfecto
y ya no lo es ante nuestros ojos,
en vez de voltear la vista
y buscar otro al cual amar,
debemos quedarnos,
ver la realidad de aquel
al que un día dijimos amar,
ver en lo profundo de su corazón,
incluso en aquel lugar
donde no llega a alumbrar la luz…
allí es más necesario observar.
Una vez que hayamos visto luces y tinieblas,
que hayamos admirado y comprendido
a aquella persona que dijimos amar,
recién allí
habremos equilibrado la balanza,
nuestro corazón
y esa persona podrá decir
que tiene finalmente todo nuestro amor.
Espero con ansias
la llegada de mi amiga.
La conozco desde pequeño,
y aunque al comienzo le tuve miedo
luego se lo perdí a medida
que la iba conociendo.
Ella vendrá a mi lado
aunque no sé el momento.
Aparecerá repentinamente
y en silencio como la neblina
una mañana de invierno.
Por sobre detrás de mi hombro
susurrará mi nombre al oído
y con esto logrará arrancarme
una sonrisa de alivio
al saber que ha venido por mí.
Tomará mi mano cansada
por el tiempo de tanto esperarla
y me ayudará a levantar
mi cuerpo viejo de mi asiento
para encaminarme junto a ella
hacia la puerta a otro universo.
Una vez en el umbral limará
los barrotes de la celda de mi alma
para dejarme libre.
Así podré finalmente extender
mis alas y volar a casa.