Tal vez no somos un ánima,
sino una nación de ánimas.
De animosidad, de animalidad.
Y creemos ser reyes en nuestro reino
cuando son otros los que ostentan el trono.
Tal vez he ahí el secreto,
gobernarnos como una nación de ánimas, de ánimos,
sin animosidades, sin animalidades.
muy buena reflexión!
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Muchas gracias 😀
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Me encanta la reflexión, feliz sábado.
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Muchas gracias. Feliz sábado para vos también.
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No lo había visto así, mucha razón, te dejo saludos 😀
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Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado y gracias por pasar. Saludos.
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