Cuando tus sueños se pulvericen contra la realidad
no llores aunque tu corazón se vaya con ellos;
porque si los enjaulas, como a los pájaros, morirán de tristeza.
Obsérvalos convertirse en estrellas fugaces,
regar campos ajenos y florecer en las mentes de otros;
porque los sueños compartidos son los únicos que prosperan
aunque ya no sean nuestros y el corazón se vaya con ellos.