Desnudar el alma hasta el punto que sea piel.
Sacarse el cascaron y quedar a carne viva,
hasta que la carne sea vida.
Que se caigan las máscaras,
las de hierro, que aprisionan y asfixian.
Que se caigan los muros,
los internos, que le dan forma al laberinto,
que encierran al minotauro.
Que se limen los barrotes,
de la mente, que la coaccionan y la limitan,
que me aprisionan y no me permiten ser.
Esa jaula que creí protección y ahora es prisión;
límenla, libérenme, déjenme ser.